Entrevista a Piermario Salerno, director de La Escalera Teatro, Universidad Pablo de Olavide

21/05/2020

Conocemos a Piermario Salerno, actor, director, autor y profesor de teatro. Director de La Escalera Teatro de la Universidad Pablo de Olavide.

  • El Aula de AA EE de la UPO La Escalera Teatro atesora un largo recorrido de más de 20 años…¿Qué supuso para ti aceptar la invitación a asumir la Dirección Artística y el proceso de formación inherente al modo en que está organizada la actividad de este espacio en la Universidad Pablo de Olavide?

Ponerme al mando del Aula de Artes Escénicas ha sido un placer inmenso por varias razones. En primer lugar porque La Escalera es un punto de referencia en el panorama del teatro universitario. Varias actrices y actores que vemos hoy en los escenarios de Sevilla han dado sus primeros pasos en este lugar. Los profesores que se han sucedido en los años son para mí un ejemplo de tenacidad y profesionalidad, por su manera de enfocar el oficio y transmitir la pasión por las artes.Entrevista a Piermario Salerno, director de La Escalera Teatro, Universidad Pablo de Olavide

La Escalera es un lugar de aprendizaje y crecimiento. Personalmente entiendo el trabajo que hacemos en el aula como un Laboratorio escénico permanente. A la formación sobre las técnicas actorales siempre sigue un momento de creación artística. Pienso que el deber de un formador es el de reconocer las necesidades de cada alumno y darle herramientas para que pueda trabajar y aprender a desenvolverse en escena.

Poder trabajar con un grupo tan grande, aproximadamente 30 personas, supone el reto de conseguir mantener una cierta homogeneidad en el grupo. El montaje de Madame la Mort de este año ha sido quizás el momento más intenso y bonito del proceso.

  • Teniendo en cuenta que el organigrama de funcionamiento del Aula de AA EE de la UPO, contiene 6 horas/clase semanales ¿Cómo se estructuran las sesiones de clases y qué variaciones se han implementado durante la actual circunstancia de confinamiento?

El programa está dividido en cuatro grandes bloques, que se van sucediendo a lo largo del año: técnica actoral, teoría, montaje de una pieza y, finalmente, investigación sobre un nuevo proyecto que se va a montar durante el curso siguiente.

La parte de entrenamiento actoral se basa principalmente sobre técnicas de teatro físico y sobre dinámicas grupales, con el fin de crear cohesión entre todos y que vayan aprendiendo a moverse en escena. Se trata también de desarrollar cierto rigor y confianza, generar un lenguaje común y una energía compartida.

Los proyectos se plantean a distancia de un año, de forma que tengamos mucho tiempo para buscar material y generar propuestas sobre el tema que se va a trabajar el año siguiente. También es una manera de no sobrecargarnos y poder empaparnos con la nueva temática.

El montaje de la pieza es seguramente la parte más intensa del año. Para mí lo interesante es dirigir procesos creativos que luego deben ser organizados en escenas. A medida que se va creando la dramaturgia, al grupo se van asignando tareas como la creación de un texto o la creación de composiciones físicas. El trabajo de dirección escénica se encarga de dar coherencia y concreción a las propuestas de los intérpretes. Encontrar un hilo para que llenen de sentido toda la investigación hecha. En este curso hemos vuelto a retomar la obra ‘Madame la Mort’, que nos dejó en herencia Mariana González, antigua facilitadora de La Escalera. Hemos seguido investigando sobre el tema de la Muerte y lo hemos adaptado al nuevo grupo. Personalmente estoy muy orgulloso del trabajo que han hecho.

En este momento estamos terminando las clases teóricas de Historia del Teatro y Dramaturgia. Creo que es importante que se conozcan la trayectoria y la evolución del Arte a lo largo del tiempo, para poder entender en qué punto nos encontramos ahora. Con la ayuda del Servicio de Extensión Cultural de la UPO y la implicación de todo el grupo de alumnos y alumnas, hemos podido adaptar el programa al trabajo. Tenemos tres sesiones semanales online de dos horas a lo largo de la semana.

  • ¿En qué propuesta escénica estabais trabajando? ¿En qué etapa del proceso creativo os detuvo la actual situación?

Estábamos en medio de la gira de ‘Madame la Mort’. Ya habíamos podido actuar en el ENATU (Encuentro de Aulas de Teatro Universitario en Jaén y en el Festival de Teatro Universitario en Granada. La gira se ha detenido y hemos vuelto a centrarnos en el proceso de investigación de este año. Junto a las clases de teoría, estamos ultimando la búsqueda de material para la creación que haremos en el próximo curso. En junio tendremos en las redes de La Escalera una muestra de las investigaciones artísticas que todas y todos van a empezar la próxima semana.

Al principio, el tema de base era la gentrificación. Es un tema muy interesante de analizar actualmente y un punto de partida para poder entender y re-conocer nuestra sociedad. Pero después del coronavirus hemos cambiado parcialmente ruta. Las preguntas no son solo sobre la gentrificación sino sobre toda una manera de entender nuestras vidas en general y cómo éstas han cambiado a causa del confinamiento, sobre cómo estamos viviendo el derrumbe del sistema encerradas en nuestras casas y qué rumbo tomará después de que la tempestad haya pasado. ¿Cómo vivimos el confinamiento? ¿Qué mundo nos espera? ¿De verdad hemos aprendido algo? ¿Qué será de nosotros y nosotras?

Es algo que ahora la gente está sintiendo y he creído justo darles la posibilidad de explorar.

  • ¿Cuál es tu visión sobre la importancia de que existan en las universidades que no son precisamente Universidades de las Artes, espacios como este, dedicados íntegramente a la formación y la praxis escénicas?

A nivel de pedagogía, la idea de Laboratorio ofrece posibilidades infinitas. No podemos obviar el hecho que, dentro del tejido universitario, un espacio como éste está frecuentado de alumnas y alumnos que, en su gran mayoría, viven el teatro como un momento de encuentro, de descanso, de crecimiento personal. Es un lugar donde pueden soltarse, expresarse, sentirse escuchados.

Si como pedagogos sabemos utilizar las herramientas que ofrece el teatro, podemos darles una escalera para unir la creación con el trabajo sobre ellos mismos. Tenemos la oportunidad de trabajar cuerpo, voz, atención, relaciones grupales, coordinación, respiración, voz y mucho más. La vivencia del proceso es lo más importante. El fin de crear una obra es únicamente una excusa para dar sentido al trabajo que están haciendo.

Las aulas de artes escénicas tienen un valor inestimable. Siempre he pensado que las Universidades son espacios privilegiados, porque el hecho de crear y mover cultura está desligado de la monetización que te impone el mercado del Arte. Son templos que custodian y alimentan la cultura. Creo que en este sentido es genial que existan proyectos de este tipo e invito a que se siga invirtiendo en ellos.

Entrevista a Piermario Salerno, director de La Escalera Teatro, Universidad Pablo de Olavide

Entrevista realizada por Daidee Veloz-Coordinadora del Servicio de Extensión Cultural / UPO