“Cada vez que leo algo de Andrés Pociña siento que me llega ese aire dulce y poético de voz en femenino que todo escritor comprometido debe entonar alguna vez. Sus personajes, grandes mujeres de la historia de la literatura clásica, son jóvenes eternas, rebeldes y líricas, apasionadas hasta lo imposible. Enamoran. Sin duda. Seducen. Y no importa el origen de su mitificación, aunque éste se tiña de sangre y de venganza. Andrés, profesor amigo, dramaturgo puro, milita en la esfera de los idealistas y fecundos autores que desgranan su poética en hermosas liturgias de la palabra y de las emociones.

Me gusta leer a mi compañero Andrés y sueño con ver cada una de sus obras en un escenario. Esta Antígona frente los jueces tendrá a buen seguro la lectura que cada uno de nosotros, de nosotras, imaginamos, la que el autor evoca, modela, diseña, esboza, traza… dejando, sin embargo, que un elenco inteligente y sensible -éste, me consta, lo es- sepa captar la esencia íntima de su carne y de su verbo en la libertad de las tablas: el amor por esas grandes mujeres que tanto amaron. Hasta la muerte o el exilio.”

Rafael Ruiz Álvarez